Durante las próximas noches de abril, podrá apreciar la lluvia de meteoros líridas. Ocurre entre el 16 y el 25 de abril. Siendo la madrugada del 22 de abril, la noche de más meteoros a observar, hasta 18 por hora.
Para apreciarla deberá mirar rumbo a la constelación de la Lira
GUÍA
La lluvia de meteoros líridas, está activa desde el 16 hasta el 25 de abril, siendo la madrugada del 22 de abril, cuando se alcance el mayor número de meteoros a observar por hora, en este caso, 18 meteoros por hora.
Busque un lugar obscuro, apague las luces, de preferencia que no tenga luminarias de la calle.
Vea al noreste, desde las 11 de la noche. Aunque la mejor hora de observación será a partir de la 1 a. m. (hora del centro de México) y hasta el amanecer.
Bajo condiciones ideales de obscuridad, podría ver hasta 18 meteoros por hora.
No intente observar de pie, se cansará pronto, le dolerá el cuello y morirán sus deseos de observación. Se recomienda una silla reclinable con soporte para la cabeza o colocar colchonetas en el jardín, una terraza o azotea (con mucho cuidado), y acostarse ahí viendo hacia el noreste, un poco a la izquierda de donde “sale” el Sol cada mañana.
Las lluvias de meteoros se observan a simple vista, no sirven los binoculares o telescopios. Ya que los meteoros cruzan el cielo en un par de segundos, y no es posible seguirlos con estos instrumentos ópticos.
No mire su teléfono celular o tableta electrónica, la luz de la pantalla le deslumbrará y sus ojos necesitarán 20 minutos para adaptarse a la obscuridad. Si mira su celular, en un segundo perderá esta adaptación y deberá esperar otros 20 minutos. Deslumbrado, no verá los meteoros de brillo débil.
EL NOMBRE
Todas las lluvias de meteoros parecen partir de cierto punto en el cielo, a ese punto se le conoce como radiante. El radiante do cada lluvia de meteoros se asocia con la constelación del fondo, y la lluvia de meteoros recibe el nombre de esa constelación. En este caso, las liridas parecen venir de la constelación de la Lira, las geminidas parecen provenir de Gemini, Los Gemelos o las perseidas de Perseo.
Sin embargo, los meteoros y las estrellas de la constelación no tienen ninguna relación, más allá de la simple perspectiva. Los meteoros brillan a unos 100 km de altura, en la entrada a nuestra atmósfera terrestre, mientras que las estrellas están a años luz de distancia.
LOS METEOROS
Es común ver en el cielo una estrella fugaz o meteoro. Lo que nosotros vemos es la luz causada por la explosión de una piedrita de apenas un par de centímetros de diámetro. Esa piedrita, entra en la atmósfera terrestre y avanza tan rápido que al rozarse con las capas superiores de la atmósfera aumenta su temperatura y estalla. La piedrita se ha desintegrado. Nosotros, desde la superficie de la Tierra, solo vemos la luz del rozamiento y el estallido, lo que llamamos estrella fugaz o meteoro. Es un error llamarles meteoritos o lluvia de meteoritos, ya que los meteoritos son aquellos objetos que sobreviven a la entrada en la atmósfera y caen al suelo. Si no cae al suelo, no es meteorito.
Estas piedritas se encuentran en el espacio, en el camino que recorre la Tierra alrededor del Sol. Cada año cuando la Tierra pasa por la zona en donde están las piedritas, chocan con la Tierra y tenemos el espectáculo de las lluvias de estrellas o lluvias de meteoros.
Las piedritas se encuentran ahí, porque fueron soltadas cuando pasó tiempo atrás, un cometa o un asteroide. En el caso de las líridas, el cometa que las origina es el C/1861 G1 Thatcher.
LAS LIRIDAS
El radiante de la lluvia de meteoros líridas se encuentra en la constelación de la Lira, muy cerca de la constelación de Hércules.
El radiante está saliendo sobre el horizonte noreste, desde las 11 de la noche (hora del centro de México). En media hora aparecerá la brillante estrella Vega, de la constelación de la Lira.
Debido a la contaminación lumínica, a la contaminación de las ciudades y al horizonte accidentado (montes o montañas), más lo propio de las ciudades: casas, edificios, luminarias, intentar observar algo en el momento que el radiante está en el horizonte, es mala idea. Es preferible esperar a que el radiante esté más alto en el cielo, además, así se asegura de ver todos los meteoros que brillan alrededor del radiante.
La hora ideal de observación inicia a la una de la madrugada y termina hasta el amanecer. Por supuesto, el radiante va avanzando durante la noche, la estrella Vega le ayudará para seguir el radiante.
La lluvia de meteoros líridas, no es de las lluvias más espectaculares del año, presenta una tasa de apenas 18 meteoros por hora. Si observa desde la ciudad, la contaminación lumínica borrará los meteoros de brillo débil. Existen otras lluvias de meteoros espectaculares, como las perseidas de agosto, las geminidas de diciembre o las cuadrántidas de enero, las que tienen de entre 60 a 100 meteoros por hora a observar.
El TRIANGULO DE VERANO
Como ya vimos, la estrella Vega sale en el horizonte noreste a las 11:30 p. m. (hora del centro de México)
Horas después, a la 1:30 a. m. aparecerá debajo de Vega, la brillante estrella Deneb de la constelación del Cisne, y al este, brilla la estrella Altair de la constelación del Águila.
Las tres estrellas forman un triángulo, llamado, el Triángulo de Verano.
Casi en el centro del Triángulo brilla una tenue estrella de nombre Albireo. A simple vista parece una estrella, pero con telescopio descubrirá que Albireo es un sistema binario, es decir, son dos estrellas en lugar de una.
La constelación de la Lira, representa al instrumento musical que tocaba Orfeo.
La constelación del Cisne, representa a Zeus, cuando adoptó la forma de un cisne para acercarse a Leda y seducirla. La misma noche que Leda estuvo con Zeus, después estuvo con su esposo Tindáreo. Meses después, Leda puso dos huevos, de uno nacieron Pollux y Helena de Troya, como hijos de Zeus y por lo tanto semidioses, y del otro, Castor y Clitemnestra, como hijos de Tindáreo y mortales. En la mitología, Castor y Pollux son los gemelos, de la constelación de Gemini (sin la “s”).
El Águila también representa a Zeus, quien tomó esta forma para raptar al joven Ganímedes. Tiempo después, Ganímedes se convirtió en el escanciador de los dioses, su trabajo era servir el agua y el vino a las deidades del Olimpo.
Aunque las líridas no sea de las lluvias de meteoros más espectaculares, le será grato observar a los brillantes meteoros surcar el cielo. Mientras aún nos cuidamos de la pandemia, reúnase con su familia cercana, con la que habita, a observar los meteoros de las líridas y disfrute en familia este hermoso espectáculo celeste. german@astropuebla.org
Con información de El Sol de Puebla