No pasaron ni 24 horas después del “destape” (que más que destape fue una confirmación) del diputado y presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del H. Congreso del Estado Libre y Soberano de Puebla, Gabriel Biestro Medinilla, para que los encabezados amarillistas y predicciones electorales salieran a relucir.
¿En verdad les sorprendió? En lo personal, creo que durante todo el año 2020 existía la posibilidad latente de que anunciara su interés por la capital. De hecho, todo el año estuvimos viendo ese escenario entre columnas y encuestas como las de C&E Research. Si bien en lo que va de la semana se han mencionado en las páginas de noticias a otros aspirantes, como el senador Armenta Mier, el panista Eduardo Rivera o la actual presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco, el diputado Biestro tiene algo que a muchos incomoda: la cercanía con el gobernador Luis Miguel Barbosa, la cual es bastante grande que hasta la bendición del gobernador no tardó en llegar.
Haciendo a un lado su cercanía con Barbosa, sabemos que mucha de la crítica que se le hace es por su lugar de origen, pero eso no es delito, ¿o en Puebla sí? Puebla es un estado de migrantes, de los que se van y de los que llegan, no nos hagamos. Y si cumple con los requisitos de residencia para competir, ¿cuál es el problema?
Honestamente, creo que aquellos que mencionan que el diputado “ya perdió el trono” se están adelantando a los hechos y, peor aún, están aprovechando su influencia en escenarios que aún no terminan de armarse. Digo, especular es sencillo y crear morbo en ausencia de lo real es más sencillo todavía.
Siempre hay que esperar lo inesperado, porque entre la muy criticada alianza PRI-PAN-PRD, entre las imposiciones de aspirantes en el PAN y las posibles alianzas que se puedan realizar en MORENA, uno necesita ser prudente, reflexivo y, sobre todo, observador, porque la cercanía y apoyo que tiene el diputado Biestro desde Casa Aguayo y hasta aquellos que desconocemos, eso sí podría sorprendernos.
Por Vidal Sánchez