La Mariposa Naranja
Arianna Cos
Después de la pausa de la semana pasada sobre los tipos de violencia hacia las mujeres, es momento de hablarles acerca de la violencia emocional o psicológica.
Definición:
“Es una forma de maltrato que se manifiesta con gritos, insultos, amenazas, prohibiciones, intimidación, indiferencia, ignorancia, abandono afectivo, celos patológicos, humillaciones, descalificaciones, chantajes, manipulación y coacción.
Con estas conductas, el agresor pretende controlar al otro provocándole sentimientos de devaluación, inseguridad, minusvalía, dependencia, y baja autoestima. Esta forma de violencia es más difícil de detectar que la violencia física pero puede llegar a ser muy perjudicial porque además de que es progresiva, en ocasiones logra causar daños irreversibles en la personalidad del agredido.”
Se suele pensar que la violencia física es la más común y dañina pero no es así. Que es más evidente por las huellas físicas que deja eso sí; un moretón, un labio roto, un ojo morado y cerrado son mucho más notorios que las marcas emocionales que deja la violencia psicológica.
Pero que no se pueda ver a simple vista el daño hecho a las mujeres no significa que éste no exista. De hecho, como lo dice en la definición, la violencia psicológica deja huellas más profundas en ellas al dañar su autoestima, confianza y seguridad.
La violencia emocional va lastimando poco a poco a las víctimas ya que como se menciona arriba, en este tipo de violencia se hiere reiteradamente con palabras, gritos, insultos o con lo contrario, es decir, con ignorar del todo a la pareja, con pretender que no existe aunque la tengan a un lado y les esté dirigiendo la palabra.
Escuchar de manera continuada lo anterior descrito, va minando la seguridad de las mujeres. Ha habido casos donde ha sido tal el daño en su autoestima que incluso llegan a intentar suicidarse; lamentablemente muchas logran su objetivo.
Desgraciadamente, las mujeres que padecen este tipo de violencia suelen sentirse desamparadas ante la ley, ya que por casos que he tenido conocimiento, las mismas autoridades les dan la espalda cuando acuden a denunciar a sus agresores, argumentando que si no van golpeadas que no pueden hacer nada, ya que el daño emocional es muy difícil de comprobar.
Esto provoca la mayoría de las veces que las víctimas regresen con sus parejas al no saber a dónde más acudir. ¡Es increíble que la misma autoridad que debería velar por la seguridad de las mujeres, las termine enviando al matadero!
Simplemente a nuestro sistema judicial le da flojera invertir recursos suficientes en comprobar las secuelas emocionales en las denunciantes. Porque de que hay métodos hay métodos; para eso existe la psicología y expertos en la materia de que tienen, tienen en las Fiscalías Generales de Justicia de nuestros estados.
Ah, pero no sea que algún personaje “importante” del medio político, empresarial o artístico interponga una denuncia porque ahí sí mueven cielo, mar y tierra para resolver el caso.
Ojalá que en este sexenio se refuerce el sistema de justicia a favor de las mujeres víctimas de violencia emocional tanto a nivel local como nacional. Si esto no se realiza, el número de féminas que pierden la vida a causa de la violencia de género no disminuirá.
Twitter: @aricos_127