Desde la semana pasada circula un video en redes sociales donde se muestra una nota presentada por una conductora de noticias de televisión, en la que se escucha la voz de un hombre narrando la manera en que le ofrecieron “trabajar” levantando mujeres, por un sueldo de 10 mil pesos por mujer.
En este espeluznante audio se puede oír cómo la persona narra la manera en que son levantadas las féminas, el proceso que llevan a cabo con ellas y para qué son raptadas.
Según lo contado por el varón, desde el momento en que capturan a las mujeres las drogan para poder llevárselas al lugar donde las mantendrán cautivas y en el que las continuarán drogando, con el fin de comenzar a utilizarlas para la prostitución hasta que se mueran.
La persona al parecer platicaba con una mujer ya que se escucha que le dice que se cuide, que salga con su marido, que cuide mucho a su hija y que le avise a su hermana.
Es sabido desde hace muchos años que las mujeres son raptadas, pero no se había oído un testimonio de esta naturaleza sobre el modus operandi y sobre el valor que se nos asigna.
Qué triste que se nos siga viendo como mercancías, como objetos de venta, como simples pedazos de carne que sólo existen para la diversión del sexo masculino.
Es un hecho que en los últimos dos años, el número de mujeres desaparecidas ha aumentado alarmantemente, pero este fenómeno no se ha dado solo, sino que ha ido creciendo a la par del aumento de la actividad delictiva del crimen organizado.
Aunado a esto comentaba la conductora que dio la nota, la pandemia “afectó” también al crimen al disminuir las fuentes de ingresos a los cárteles debido al confinamiento, por lo que han tenido que buscar nuevas formas de delinquir o han aumentado algunas prácticas, como la captura de mujeres para la trata de blancas o para el tráfico de órganos.
Es realmente terrible que si de por sí las mujeres ya salimos con desconfianza a la calle, ahora tras este audio nos sintamos doblemente inseguras.
A cualquiera le puede suceder que nos encontremos solas sin nadie que nos auxilie en caso de que nos traten de levantar.
Las medidas de seguridad que nos recomiendan las autoridades y medios de comunicación pueden disminuir el riesgo de ser capturadas, pero ¿quién nos va a quitar el miedo a salir solas? Porque no siempre tenemos la posibilidad de ir acompañadas, así que ¿quién nos va quitar la sensación de temor por nuestras vidas?
Con la actual descomposición social, con la falta de empleos debido a la pandemia, ya no sabemos quién en algún momento de locura podría aceptar ganarse esos 10 mil pesos por víctima.
Es injusto que las mujeres vivamos con el constante temor por nuestra integridad física; es horrible que con nuestros cuerpos, con nuestras vidas, puedan lucrar sin remordimiento.
Afortunadamente hay hombres como el del audio que se niegan a entrarle a ese cruel negocio.
Pero, ¿hasta cuándo el sexo femenino tendrá que vivir con la angustia de algún día salir para no volver jamás a casa?
Me temo que la respuesta es muy triste a la par de dura: NUNCA.
Y no porque las autoridades en turno fallen, simplemente que ya hay mucha gente acostumbrada desde hace años a enriquecerse de modo fácil y no tentarse para nada el corazón.
Podrá disminuir en algún momento el número de mujeres desaparecidas, pero acabarse del todo esta práctica lo dudo mucho.
No queda otra más que extremar nuestras precauciones al salir solas.
Nos leemos la próxima semana.
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ARIANNA COS
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