El edil sin fuerza
Qué bonito es ver cómo al pasar de los días las decisiones de nuestro presidente Municipal “Lalo” Rivera demuestran claramente su envestidura panista y corrupta. Escándalo tras escándalo sólo reflejan la carencia de decisiones y los negocios políticos que busca plantar al interior de la ciudad.
No olvidemos su segundo al mando, el famoso gerente municipal con sueldo de 90 mil pesos, Adán Domínguez; la instalación de parquímetros en el centro de la ciudad donde se capacitará (no se sabe de qué manera) a los famosos “franeleros” como supervisores y a quienes se les dará autoridad y protección legal para el levantar infracciones; tampoco dejemos a un lado el negocio redondo por el mantenimiento de las cámaras de seguridad de la ciudad, las cuales tendrán un sobrecosto y que curiosamente saldría más barato comprarlas nuevas; por último, el gran negocio de la concesión de 10 años de los paraderos y espacios públicos.
No tardo el gobernador Luis Miguel Barbosa y sacar el mazo y golpear la mesa, entre alegatos y llamadas de atención la amenaza se hizo, el chiquillo protegido se le salía del huacal y con voz firme le dijo “o te paras o te paro”, logrando que el edil blanquiazul decidiera bajar las manos.
Esto era de esperarse, pues al gobernador no le conviene la mancha de negocios que se están gestando en sus narices por la oposición, y menos el desfalco y despojo de recursos del pueblo para beneficiar a un grupo que claramente está trabajando en garantizar espacios políticos de cara al 2024.
Con el coscorrón que el gobernador le dio a “Lalito” es más que evidente que para que el edil pueda hacer sus artimañas debe negociar con Barbosa, porque lo único seguro que está pasando es que la luna de miel entre ellos dos terminó y el gobernador no permitirá (nuevamente) se afecten los últimos años de su gobierno por las decisiones de ediles encaprichados; ya pasó con una Rivera y puede volver a pasar.