Los buenos resultados electorales de PRI de Coahuila y de Hidalgo inyectaron un poco de ánimo entre el círculo rojo del priismo nacional y en especial el de Puebla.
Sin embargo, las circunstancias de estos dos estados son muy diferentes a las que privan en la aldea.
Como dijo Jack el destripador: vamos por partes.
En Coahuila, gobierna Miguel Ángel Riquelme Solís, de extracción priista. Es el tercer mejor gobernador de este partido y se ubica sólo por debajo de Claudia Pavlovich de Sonora y de Quirino Ordaz de Sinaloa.
En Hidalgo gobierna otro priista que es Omar Fayad y está ranqueado en el sexto o séptimo lugar de acuerdo a la casa encuestadora.
Es decir, en los estados donde el PRI obtuvo un triunfo contundente es porque el propio partido ese el gobernante y porque los mandatarios están en el top ten de los mejores a nivel nacional.
Ahora, regresemos a la aldea.
En Puebla gobierna Morena con Luis Miguel Barbosa a la cabeza y va mejorando poco a poco en la percepción social, pero le resta simpatía a su partido la presidenta municipal del mismo color, Claudia Rivera Vivando que todas las encuestas -incluso la de INEGI- la ubican entre las peores del país.
Pero ante estas circunstancias el PRI, quien es una débil oposición, se encuentra en el tercer lugar de las preferencias locales.
Solo no es capaz de competir ni por unas cuantas plurinominales.
Lo sabemos todos y no es un tema de asombro o de enojo entre algunos militantes que les molesta la crítica.
El PRI tendrá que ir forzosamente en alianza con otros partidos para poder ser competitivo, de lo contrario terminará arrastrando la cobija.
Morena se está enfilando hacia una contracción como fuerza política por sus múltiples divisiones:
Una dirigencia nacional incapaz de generar un camino de concordia para elegir al nuevo sucesor.
Una dirigencia nacional incapaz de generar triunfos electorales y su único argumento bananero es “desconocer los resultados”.
En Puebla están peor, porque no hay ni dirigente y sólo personajes que se asumen como tal sin la fuerza institucional, ni moral.
Si la inteligencia, tolerancia y prudencia del PAN se impone tiene mucho por delante para obtener triunfos importantes el próximo año. Genoveva Huerta, presidenta del PAN, debe hacer un acto de constricción antes que promoverse en las redes sociales.
Así está el panorama para el PRI local, quien tiene que entender perfectamente los resultados de Coahuila e Hidalgo, que son sólo de ellos y sus circunstancias.
El PRI y sus secretarios, venden puros “espejeles”
Ya para rematar valdría la pena que el presidente del PRI estatal, Néstor Camarillo echara un ojo profesional y no de cuates del comportamiento de varios de sus funcionarios que le impusieron.
Algunos presidentes municipales de extracción priista se han empezado a quejar de la forma del trato que reciben de un personaje llamado Jiber Espejel, quien llegó a ocupar un cargo nuevo dentro de la estructura del partido: Secretario de municipios en la oposición.
De entrada es oaxaqueño y presume que llegó por recomendación de muy arriba del tricolor a nivel nacional.
Los alcaldes pueden aguantar un tiempo, pero cuando les colme el personaje y se organicen o los organicen pondrán un manotazo y en momentos de vacas flacas lo que menos se quiere es la división.
Luego hablaremos de “los cuatro fantásticos” y sus tramas, por cierto uno de ellos es el que maneja comunicación social
¿Porqué será?
Por Fredy Aco
FIN