Según informa el ejercicio Democracia sin Pobreza, ejecutado por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, la ‘maquinaria electoral’ intentó comprar o coaccionar el voto de alrededor de 29.9 millones durante las pasadas elecciones.
La estadística afirma que uno de cada tres electores fue objetivo de esta estrategia; sin embargo, de la cifra anterior, sólo 15.5 millones de ciudadanos rechazaron la oferta de dinero a cambio del voto.
El 79 por ciento de mexicanos que aceptaron haber vendido su voto, indicaron que no tenían ningún problema con votar por un partido diferente del que les intentó comprar su voto.
La alianza Todos por México (PRI, PVEM y Panal) fue la que presentó un mayor alcance con 5.3 millones de persuasiones.
El estudio también afirma que el precio del voto rondaba entre los 100 pesos en Baja California hasta los 10 mil pesos en Jalisco.
Ante la situación, Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), afirmó:
“Nadie en su sano juicio puede negar el clientelismo político, aunque lo que permita que se siga alimentando es la pobreza, la desigualdad, la corrupción y la impunidad.”