Nunca en la historia de la política moderna se había visto un adiós en tanta soledad.
Y no me refiero únicamente a la inasistencia de las autoridades del poder judicial, ejecutivo y legislativo al último informe de la presidenta municipal de Puebla Claudia Rivera Vivanco, sino al desdén de la población a la que desgobernó.
Un mensaje lleno de justificaciones y de una realidad que ella (y su equipo) piensan que se hizo un gran trabajo para el inicio de algo grande para ellos.
Nunca ofreció disculpas por traicionar a la 4T, por quedar a deber a los poblanos y por encerrarse en una necedad de mantener en su equipo a personas incapaces y trogloditas.
En su discurso se observó a una autoridad triunfadora, eficaz y dando más allá de su capacidad, pero….
Fue una vergüenza para los poblanos y lo digo porque nos colocó a nivel nacional por tener una de las peores alcaldesas del país los últimos dos años.
Se le olvidó que la sociedad la rechazó en las urnas. Perdió la elección de forma apabullante.
Fue un fracaso total como candidata. Lo sabía desde antes y aún así se empecinó en buscar la nominación.
No dejó una sola huella que marcara su administración en temas positivos. Jamás se ocupó por tratar, por lo menos, de generar proyectos integrantes como atender el creciente tráfico de la ciudad. Ni un méndigo puente en cruceros complicados como la zona del mercado Hidalgo, por decir uno.
No pudo ni con una remodelación del zócalo de la ciudad, ni con la de un mercado.
Qué decir de la maldita herencia que deja en el descontrol de los vendedores ambulantes que todos los días pasan sus pagos a los líderes y éstos a personal del ayuntamiento.
No pudo atender la corrupción.
No pudo ni comprar unos respiradores artificiales con gastos millonarios. Cualquiera lo pudo haber hecho mejor. Hasta parece que su agente de compras consultó la página de “segundamano” para ello.
No hubo culpables, no hubo castigo. Eso también es corrupción y va en contra de la 4T.
Su gran legado son los bolardos que tanta polémica causaron y los defendió a capa y espada, por encima de la opinión generalizada de quien la contrató: los poblanos.
Así podemos realizar un contrainforme de lo mal que gobernó. La peor de todas las administraciones.
Y ahora pregunta, pomposamente, “¿Qué es lo que sigue? Después de un buen comienzo”.
Lo que sigue es cumplir todas las observaciones que le harán a su nefasta administración y cuidar que éstas no la lleven a la oscuridad.
Y ¿dónde anda Esparza?
Ahora que ha terminado el período de rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz anda escondido.
Al parecer la estrategia del gobierno del Estado, a fin de no confrontar a los universitarios, fue esperar la conclusión de su segundo periodo administrativo al frente de la máxima casa de estudios.
Pero no solo él es quién tendrá que pasar largo tiempo en la completa oscuridad, sino también su hija quién estuvo al frente de los Lobos BUAP y tiene algunas cuentas que atender.
La confrontación con el gobernador del estado Luis Miguel Barbosa Huerta ha sido pública clara. Quiénes ya conocen al mandatario saben que no se iba a quedar cruzado de brazos.
La historia apenas inicia.
FIN