Desde el anuncio de la visita de AMLO a los Estados Unidos esperaba lo peor, y no me refiero a los aspectos económicos entre los países o la caída abrupta del peso ante el dólar, sino a aquello que a todo mexicano le cala, que permitan con toda facilidad se nos denigre, insulte o señale de muchas formas y no se nos defienda; y no lo digo porque los mexicanos no se sepan defender, pero el que es nuestro mayor representante en el mundo, aquel que fue elegido por más de 30 millones de votos no lo haga, es más, lo permita, es escupirle en la cara a México.
Al presidente López Obrador se le olvidó lo que publicó en su libro “Oye Trump” del 2017, en el cual hasta criticaba la construcción del muro fronterizo como un gesto de agresión inaceptable, se le olvidó todo lo que prometió decirle a Trump al ganar las elecciones, se le olvidó la representación y la defensa que daría a cada mexicano al momento se sentarse en la silla presidencial.
Han pasados dos años y ahora firmado el T-MEC estos ataques por parte del presidente Trump a migrantes no han disminuido y se les ha ignorado, al grado de que, en la visita hecha por Obrador a La Casa Blanca, se le agradezca al presidente Trump el buen trato que le da a los migrantes y el respeto a la soberanía de México, a lo que éste respondió que lo bueno es que se dieron cuenta que “no es bueno apostar en contra de ellos”.
Definitivamente la diplomacia fue el traje que utilizó Obrador, primero por un tratado recién firmado, luego una crisis económica latente para ambas naciones (más fuerte para México) y que lo último que faltaría sería un pleito con E.E.U.U. porque si ellos estornudan a nuestro país le da neumonía.
Dudo que Obrador ignore que el presidente Trump estará en campaña en próximas fechas y que su visita simboliza el poder y control que tiene actualmente la casa blanca en México, después de un año difícil para los republicanos por las manifestaciones anti-racistas, la crisis económica y las víctimas por Covid-19 que el vecino del norte enfrenta, la visita de Obrador a los Estados Unidos es un plus para la campaña de Trump y un mensaje para su país.
Obrador le dio la espalda a los mexicanos, principalmente a los migrantes, al hacer una apuesta, la cual de no salir como espera México podría estar en graves problemas. La apuesta es sencilla, apoyar a Trump, reconocerle la relación tan “armoniosa” que ha generado con México, para que, en caso de que Trump vuelva a ganar la presidencia, continuar con los trabajos bilaterales que tiene México con los Estados Unidos, pero ¿y si no ganara las elecciones? No quiero imaginar qué pasará.
Twitter @Vidal_Sblancas