Me llamó mucho la atención una entrevista publicada en estos días y viene a tema guardada la proporción, de lo que puede pasar con la capacidad instalada del sector servicios, pero sobre todo en el área de alojamientos, restaurantes, bares, hoteles, parques etc. si no se toman las medidas adecuadas para arrancar en esta “nueva normalidad”.
Resulta, que son reveladoras las palabras de Brian Chesky, CEO de una de las plataformas más exitosas a nivel mundial… “TARDAMOS 12 AÑOS EN CONSTRUIR AIRBNB Y LO PERDIMOS CASI TODO EN UNAS CUANTAS SEMANAS con la llegada del COVID-19 (Entrevista concedida a CNBC). De estar a punto de entrar esta poderosa firma a cotizar a bolsa hoy reina la incertidumbre. Continúa expresando “El turismo tal y como lo conocíamos se ha acabado, hay temores de rebrotes cómo está ocurriendo”.
Los manejos de la pandemia resultan muy complicados y delicados, en algunos puntos geográficos mexicanos los picos están en lo más alto y esto dificulta la reactivación. Una ecuación complicada de resolver como lo expresó el Secretario de Hacienda Arturo Herrera, a mayor aislamiento social, mayor afectación a la economía, a mayor actividad social y económica mayor número de contagios.
Regresando a la entrevista referida, resalta un planteamiento de quien dirige una empresa global (Brian Chesky) “La gente quiere salir, pero sentirse segura, no quieren subirse a un avión, ni cruzar fronteras, lo que al parecer dará fortaleza al turismo doméstico” o lo que nosotros llamamos de proximidad a zonas metropolitanas. Continúa… “Vamos a subirnos a nuestros automóviles, conducir unos kilómetros y quedarnos en pequeñas ciudades o comunidades… esto ya está pasando en los Estados Unidos” refiere.
Es exactamente en este punto donde debemos hacer un alto y actuar con estrategia para que la ya mencionada proximidad sea una ventaja para los pueblos y ciudades cercanas a la zona metropolitana de la Ciudad de México y a otras grandes urbes, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Querétaro etc.
Requerimos ante este escenario planteamientos de difusión profesional, protocolos y lineamientos de limpieza, sanitización, sana distancia llevados a cabo en orden y responsablemente por todos; prestadores de servicios, autoridad y comunidad en general. Ya tenemos conciencia del valor del turismo en nuestras economías locales, actuemos en consecuencia. Si grandes empresas fueron afectadas gravemente por esta pandemia, imaginemos un destino turístico desorganizado, inseguro y mal publicitado, con disminuciones ya evidentes al empleo, cierre de empresas y nula derrama económica, creo que portará otro virus que combinado con el COVID-19 será más complicado salir adelante.
El reto está frente a nosotros con poco margen de maniobra, solo en unidad comunitaria podemos tener resultados positivos.