Comenzamos el año con la más destructiva de las enfermedades, el coronavirus que posteriormente pasó se denominarse Covid-19 el cual no sólo ha dejando miles de muertes en México, sino que ha desboronado una endeble economía que en lugar de crecer se estaba estancando en el época de la 4T.
Ayer la tierra nos alertó con un sismo de 7.5 grados y afortunadamente no fue tan destructivo y sólo nos hizo caer en pánico.
El volcán Popocatépetl sigue activo y esperemos que no despierte más. Que continué con su desfogue de poder, porque no podemos con otra tragedia como poblanos.
En el caso de los contagios de Coronavirus se han disparado y la gente al parecer ya dejó de tener miedo y está saliendo a las calles, se expone porque no utilizan las medidas necesarias.
Pero como pedirle a la gente que deje de salir de casa si el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador anda de gira en los estados con rojo y doble rojo.
Y como no hacer giras si la popularidad del mandatario ya está por debajo de los 50 por ciento de aprobación, lo cual seguramente le tiene preocupado.
Por más dinero que esté regalando con las diferentes becas, apoyos y dádivas populares su desencanto social crece cada vez más.
Poco a poco su administración comienza a mancharse de corrupción, falta de capacidad para enfrentar la pandemia, su desdén contra órganos de gobierno, falta de obras, incremento de la tarifa de energía eléctrica y de la gasolina.
El enriquecimiento inexplicable de sus funcionarios cercanos, el constante interés de dividir a los mexicanos para sacar raja política.
Aún falta mucha agua por correr y los mexicanos siguen en la decepción de un gobierno que vendió mucho y ha pagado poco.
Las elecciones intermedias está cerca y ahí, los partidos de oposición saben cosechar el descontento social, le pueden arrebatar el poder en muchos espacios de poder.
La misma ola que los llevó a los actuales los puede regresar a los que propongan como candidatos.
Gracias
@fredyacob